Desarrollo de Apps
Aplicaciones a medida para web, Android y iOS

La interfaz de usuario es fundamental al momento de diseñar una página web, porque dependiendo de cuán predecible e intuitiva ésta sea, resultará atractiva o no para el usuario. A la vez, no quieres que el diseño sea monótono y repetitivo, por lo que el secreto está en que el usuario pueda aprender rápida y fácilmente cómo navegar en tu página.

Creative Blok publicó recientemente un artículo sobre este tema, y centró la conversación en el factor “Consistencia”. ¿Y qué es la consistencia en el diseño de páginas web? Cuando un diseño es consistente, el usuario puede entender cómo usar las funcionalidades sin instrucciones. Cuando no lo es, entender las funcionalidades requiere un proceso de aprendizaje que puede llevar a la frustración por una mala experiencia.

Dado que el usuario navega por muchas otras páginas, esta experiencia previa se convierte en una expectativa sobre cómo funcionan tus páginas, por lo que mantener cierta consistencia externa-con los convencionalismos ya adoptados- es de utilidad.

La manera de indicar el nivel de volumen, por ejemplo, es un convencionalismo surgido de la forma como usualmente entendemos el sonido. Normalmente pensamos en términos de más alto o más bajo, por lo que el icono de abajo refleja perfectamente nuestro patrón mental, y en consecuencia es intuitivo para los usuarios.

Volumen

El principio en el que se basan los autores del artículo es el de “El menor grado de sorpresa posible”, que aplica justamente a la interfaz de usuario en páginas web. Según el principio: “Si una funcionalidad necesaria tiene un alto nivel de sorpresa, puede ser necesario rediseñar la funcionalidad”.
La idea es utilizar al máximo las funcionalidades de programas similares, a los que el usuario está acostumbrado, para acortar la curva de aprendizaje.

Por todo esto, hazte las siguientes preguntas para el diseño de tu página web:

¿La aplicación es consistente con los estándares de iOS? ¿Con versiones previas de la misma aplicación? ¿Incorpora las funcionalidades como los usuarios esperarían? ¿Es consistente consigo misma? ¿Los iconos significan siempre lo mismo? ¿Los usuarios pueden predecir que estos sirven para lo mismo, dondequiera que se encuentren en la aplicación? ¿La funcionalidad base no cambia?

El secreto parece estar en la combinación acertada de creatividad y mantenimiento de parámetros mínimos de conducta humana, que permitan al usuario disfrutar de lo original sin comprometer su comprensión de las funcionalidades.

Fuente: NEXT University